viernes, marzo 21, 2003

MI AMIGO EL HOMBRE (II)

Revisando Omnias antiguos he encontrado un artículo remitido por A. P., “Cambio de la aplicación “Novia 6.0” a “Esposa 1.0” (Omnia 56), que me ha parecido muy gracioso. Ese artículo me recuerda mucho al chiste que pregunta la diferencia entre una princesa y una bruja, y responde que es 5 años de matrimonio (en algunas versiones, incluso menos).
En efecto, el artículo habla de la mujer en su papel de novia o esposa, y habla mal. Pero, curioso, lo hace de un modo tan cariñoso y resignado...
Básicamente, a la mujer se la pone como la persona vigilante y prohibidora. Y al hombre, como a un pobre infeliz que tiene que ingeniárselas para poder realizar las actividades que le gustan, sean o no reprobables, que eso es otra cuestión (míralo al revés y dime si te suena).
En cualquier caso, estos roles son aceptados por ambos bandos. La mujer lo acepta con la resignación de quien tiene que sacrificarse por el bien de otro, y el hombre lo acepta con la inocencia/ignorancia de quien ni siquiera se imagina que existen cosas mejores.
A veces pienso que llega un momento en la vida de un hombre en que tras saltar de cama en cama, deciden que quieren estabilizarse, y como si les hubiera picado el bicho de la prisa, se casan con la primera que pasa (la primera que les aguanta). Toda su vida probando una mujer tras otra, como si buscaran a la adecuada (que nunca llega porque no están preparados), y cuando por fin maduran, se quedan con una cualquiera. La primera que diga que sí. Da igual que a él le apasione el fútbol y ella lo odie, porque a ambos les gusta la música. Da igual que a él le gusten los toros y ella lo odie, porque a ambos les gusta la música. Una cosa compensa la otra. Da igual que a él le guste Sau y a ella Antonio Molina, porque a ambos les gusta la música.
Se ve claramente reflejado en todas partes, y además, los hombres lo dicen con una tranquilidad de espíritu que me deja pasmada. Lo veo a menudo en las reuniones de Mensa. Tal persona no viene porque la parienta lo tiene castigado. No sé si será broma o no. Pero, ¿con qué derecho?. Tú, pobre desgraciado, ¿por qué te fuiste a vivir con una persona que no disfruta de las mismas actividades que tú?; ¿por qué tengo la sensación de que a las mujeres (salvo honrosas excepciones) no les gusta ninguna actividad?; ¿será porque se me hace raro creer que sí les gusten muchas actividades, pero que, ¡ay, qué mala suerte!, nunca coinciden con las que les gustan a ellos?. ¿Por qué se juntaron/casaron?.
En el mundo hay tanta falta de cariño, que nos agarramos al primer capullo que nos dice algo bonito. A mí me pasaba, pero ¡tenía 13 años!. Estaba en pleno descubrimiento de casi todo, pero se supone que se supera con la edad. Sin embargo, la gente crece, madura, y no se encuentra con nadie que les diga lo maravillosos que son. Claro, a la que a alguno lo dice, le echan el lazo. Sin embargo, este comportamiento tiene menos perdón en los hombres, porque dicen las estadísticas que tocamos a 1 hombre para cada 3 mujeres, con lo que podrían ser un poco más selectivos, y no quedarse con cualquiera, para luego poder quejarse y discutirse con ella, y ser los dos muy infelices. Por no mencionar la posibilidad de tener hijos que sería ya para matarlos.
Los polos opuestos se atraen. ¿Quién sería el inconsciente que le preguntaría a un físico sobre el amor?. Los polos opuestos se atraen. ¿Y quién los frena?. Porque digo yo, si se atraen y no los frena nada... chocan. O sea, los polos opuestos se dan de ostias. Los polos opuestos no son como la parejita del anuncio que corre por la playa a cámara lenta. Serían más bien, la parejita que corre por la playa cada vez más rápido, hasta que se encuentran con la plena (y dolorosamente errónea) convicción de que ante ellos sólo había aire. Y no. Y vosotros me diréis que los polos iguales se separan. Y yo me reitero: ¿qué sabrá un físico del amor?
Ninguna frase es tan cierta, como la que dice que los hombres se casan esperando que su pareja no cambie y que las mujeres lo hacen esperando cambiar a su pareja. Y ninguna otra frase me produce más tristeza.
“Soy un devoto del hombre” Al Pacino en Pactar con el diablo.



Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?