domingo, agosto 26, 2007
Anticipando la crisis
El año que viene cumpliré cuarenta años. Aunque aun falta un buen puñado de meses para eso, he decidido anticiparme a tan fatídica fecha, y hacer ahora algunos pequeños cambios. Digo yo que si ahora experimento algo como la "semicrisis de los 39", el día que me caiga el 4 encima estaré un poco más preparado.
Le he leído u oído a alguien (el Capi, o Imperator, no me acuerdo) que las personas tienen que reinventarse cada diez años. Bueno, a mí eso me parece excesivo, pero no está mal hacer algunos retoques, unos apaños, que nos permitan mirar hacia delante, y que lo que veamos sea una recta, sin cuestas empinadas que no se puedan subir ni pendientes en las que desgastar los frenos.
El primer retoque que voy a realizar es el más obvio. Me sobran diez quilos. Quiero volver a tener el aspecto que tenía cuando me casé, o, al menos, lo más parecido posible. Hace unos días Marta y yo hicimos barranquismo, y el trayecto a pie desde donde dejamos el coche hasta el inicio del barranco casi puede conmigo. Y mis tobillos lo agradecerán también. Así que retomo la dieta, y trataré de hacer un parte semanal para que quede constancia de mis progresos. Marta dice (a veces) que le gustaría que fuese más presumido, pero creo sinceramente que para eso tengo que verme más delgado. En cualquier caso, tengo dos bodas en octubre, y necesito tener algo menos de perímetro abdominal para poder ponerme los pantalones "de boda". No, no voy a perder diez kg de aquí a octubre, no estoy loco, pero sí que espero haber rebajado algo. La alternativa es que los pantalones me corten la circulación por debajo del ombligo, y eso sería un inconveniente.
El segundo tiene que hacer referencia al trabajo. En mayo, impepinablemente, tendré que tomar una decisión importante en mi entorno laboral. En realidad, lo que me conviene es tomar esa decisión en enero, para así tener tiempo para que en mayo, cuando la decisión se haga efectiva, la transición sea lo más suave posible. Así que ha llegado el momento de estudiar todas las alternativas; de momento, el retoque empieza con una mayor implicación de Marta en mis proyectos profesionales... con ese lujazo de ayudante, estoy seguro que todo me resultará más fácil.
Para terminar, creo que debería echar un vistazo a cómo empleo mi tiempo libre. Me refiero al tiempo (que tampoco es mucho) en el que cada uno se dedica a sus hobbies respectivos... creo que voy a volver a escribir. Mis fans me lo agradecerán, y, además, Marta ya me había propuesto algún que otro proyecto conjunto en el que mi parte consistía, precisamente, en escribir.
Pues eso, ya os iré informando. Y... que vengan los cuarenta, que los estaré esperando.
El año que viene cumpliré cuarenta años. Aunque aun falta un buen puñado de meses para eso, he decidido anticiparme a tan fatídica fecha, y hacer ahora algunos pequeños cambios. Digo yo que si ahora experimento algo como la "semicrisis de los 39", el día que me caiga el 4 encima estaré un poco más preparado.
Le he leído u oído a alguien (el Capi, o Imperator, no me acuerdo) que las personas tienen que reinventarse cada diez años. Bueno, a mí eso me parece excesivo, pero no está mal hacer algunos retoques, unos apaños, que nos permitan mirar hacia delante, y que lo que veamos sea una recta, sin cuestas empinadas que no se puedan subir ni pendientes en las que desgastar los frenos.
El primer retoque que voy a realizar es el más obvio. Me sobran diez quilos. Quiero volver a tener el aspecto que tenía cuando me casé, o, al menos, lo más parecido posible. Hace unos días Marta y yo hicimos barranquismo, y el trayecto a pie desde donde dejamos el coche hasta el inicio del barranco casi puede conmigo. Y mis tobillos lo agradecerán también. Así que retomo la dieta, y trataré de hacer un parte semanal para que quede constancia de mis progresos. Marta dice (a veces) que le gustaría que fuese más presumido, pero creo sinceramente que para eso tengo que verme más delgado. En cualquier caso, tengo dos bodas en octubre, y necesito tener algo menos de perímetro abdominal para poder ponerme los pantalones "de boda". No, no voy a perder diez kg de aquí a octubre, no estoy loco, pero sí que espero haber rebajado algo. La alternativa es que los pantalones me corten la circulación por debajo del ombligo, y eso sería un inconveniente.
El segundo tiene que hacer referencia al trabajo. En mayo, impepinablemente, tendré que tomar una decisión importante en mi entorno laboral. En realidad, lo que me conviene es tomar esa decisión en enero, para así tener tiempo para que en mayo, cuando la decisión se haga efectiva, la transición sea lo más suave posible. Así que ha llegado el momento de estudiar todas las alternativas; de momento, el retoque empieza con una mayor implicación de Marta en mis proyectos profesionales... con ese lujazo de ayudante, estoy seguro que todo me resultará más fácil.
Para terminar, creo que debería echar un vistazo a cómo empleo mi tiempo libre. Me refiero al tiempo (que tampoco es mucho) en el que cada uno se dedica a sus hobbies respectivos... creo que voy a volver a escribir. Mis fans me lo agradecerán, y, además, Marta ya me había propuesto algún que otro proyecto conjunto en el que mi parte consistía, precisamente, en escribir.
Pues eso, ya os iré informando. Y... que vengan los cuarenta, que los estaré esperando.